Pamen Pereira presenta un trabajo que se mueve entre el dibujo, la pintura, la escultura, la instalación; en ocasiones la fotografía o el vídeo, o cualquier otro medio o materia útil para concretar el acto creativo. Su proceso de creación, fundido generalmente con la experiencia vital, está muy vinculado a la naturaleza, de donde extrae gran parte de sus imágenes.
Sin abandonar la soledad del taller como lugar de reflexión y estudio del que surgen obras con carácter más íntimo, en los últimos años su trabajo se ha centrado en instalaciones e intervenciones artísticas site specific para espacios públicos y privados, que profundizan en el carácter social del arte, el papel del artista en la sociedad y la importante función social de la imagen poética.
Un planteamiento artístico que es en el fondo la elección radical de un modo de vida. Una exigente fidelidad a esta como vía de conocimiento y lugar de transformación. La vida como principal gabinete de trabajo.
Quién mira hacia fuera sueña; quien mira hacia dentro despierta. C G Jung.
La materia es un estado transición entre el nacimiento (el día) y la muerte (la noche), lo presente y lo ausente, siempre en un proceso abierto y dinámico.
¿Y si fuera verdad que la existencia no es más que un sueño?
¿Y si fuera verdad que la existencia no es más que un sueño?
Propongamos que los tres estados de conciencia más conocidos –la vigila, el dormir con sueños y el dormir profundo– forman un largo sueño, un cuarto estado de la conciencia que estaría representado por el despertar. Sería entonces el final del sueño, «más profundo que dormir profundo y más despierto que la vigilia. Un estado de conciencia donde no interviene la conciencia cognitiva, se detiene la actividad del yo y el Ser brilla solo sin conocimiento alguno», envuelto en el único eterno reposo: el silencio.
En palabras de San Juan de la Cruz, «toda ciencia trascendiendo».
En palabras de San Juan de la Cruz, «toda ciencia trascendiendo».
Pamen Pereira. Abril 2022
Si Oriente me ofreció una experiencia para aprehender la profunda conexión de todo y a aceptar la fragilidad e impermanencia de todo lo existente, en el continente africano encontré esta experiencia encarnada. África es presente continuo, pura vitalidad y a la vez un recordatorio de
lo complejos, frágiles, finitos e irrepetibles que somos.
Encontré una raíz que unía mi alma fuertemente a la tierra para aprender a vivir en todo su esplendor los instantes desnudos.
Mis ojos buscan eso
que nos hace sacarnos los zapatos
para ver si hay algo más sosteniéndonos debajo
o inventar un pájaro
para averiguar si existe el aire
Roberto Juarroz
Cuando prestamos suficiente atención, la fuerza de lo presente nos eleva más allá de nuestra propia contingencia y cualquier elemento por cotidiano que sea puede ser “metamorforseado” en objeto poético o ritual.